En un principio sólo quería poner los dos conejos y la flor. La valla fue un acoplado posterior y necesario, al ir a planchar la manta, la puse demasiado caliente y quemé la mantita. Menuda faena, porque ya la tenía casi acabada. Tuve que inventar un remiendo para que no se notase, de este invento apareció la valla. No es que me guste especialmente, ya que rompe con la simetría de la manta...pero en fin, no quedó más remedio.