Compañer@s que siguen mi blog

jueves, 20 de agosto de 2009

MI MUÑECA BLYTHE



Ha pasado bastante tiempo desde la última entrada. He sido bastante vaga y no he cogido la aguja para casi nada.
Aunque si he tenido bastante ajetréo, estuve de vacaciones, una semanita en París con la familia, pasando mucho calor y haciendo colas para entrar hasta en el cuarto de baño. Vamos, que en agosto lo mejor es quedarse en casa.
Y la principal novedad, es el regalo que me hizo mi marido. Se trata de una muñeca Blythe, de las que salen en el anuncio de Bavaria ¡Tenía unas ganas tremendas de tener una! Me tiraba las semanas enteras mirando por Internet las fotos de las muñecas.




También conocí la historia de estas muñecas. Por lo visto nacieron en los años 70 como muñecas para las niñas, pero la cabeza tan tremenda asustaba a las niñas, por lo que tuvieron poco éxito, y tan rápido como llegaron se fueron. A finales de los noventa, llegó a manos de una fotografa (Gina Garan) una de estas muñecas, a través de un regalo. Le gustó tanto, que a partir de entonces fue su compañera de viajes. Haciéndole fotos allí donde iban.
Con todas las fotos de la muñeca en sus viajes publicó un libro, esto hizo que recayese la atención sobre estas muñequitas. Desde entonces se han convertido en artículos de colección para adultos, con unos precios que en algunos casos llegan a alcanzar hasta más de 3.000 Euros. Aunque también las hay más baratitas, entre los 150-200 Euros.
Existen miles de objetos en Internet para personalizar tu Blythe...pelucas, sombreros, vestidos, medias, zapatos, gafas...todo lo que puedas imaginar. Y las más mañosas le customizan la cara, modificando el maquillaje, los labios, las pestañas, cambiando el color del pelo (la gente hace cosas increibles) Yo le modifiqué un poco los labios y le cambié las pestañas...me gustaba tan cual estaba.
En la espalda tiene un cordoncito que al tirar cierra los ojos y se le cambia el color de los ojos, hasta cuatro colores.
Por cierto, la he llamado Claudia. Aunque mi marido la llama de todo, cabezona, morrillo...en fin.
Advierto que crean adicción.